—Te protegeré dentro de la sombra de la oscuridad. Siempre estaré contigo. Te encontraré sin importar dónde estés. Eres mía para proteger, eres mía para amar. Incluso cuando la muerte nos separe, te volveré a encontrar.
Esta era la primera vez que Iris escuchaba la voz de alguien, diciendo una larga frase que ella podía oír. Su voz era tan profunda y solemne, como si estuviera pronunciando un sagrado y hermoso juramento hacia ella. Incluso podía escuchar la determinación en su voz.
¿Pero, a quién pertenecía esa voz?
Iris sintió que la oscuridad que la envolvía no era tan espantosa como solía ser, en cambio, se sentía cálida y pacífica. No como el frío y tenebroso ático, donde Mason solía encerrarla. No le importaba quedarse aquí un poco más de tiempo…
Mientras tanto, alguien tuvo un gran problema cuando Iris no despertó durante dos días seguidos.
—¡Ella todavía está viva! ¡Juro que estará bien una vez despierte! —lloró Haco frustrado cuando recibió la ira de Caña.