—Mamá... ¿tienes un bebé ahí? —preguntó Zander cuando Iris y Caña les informaron a los niños sobre su embarazo.
Zander parecía asombrado, señaló el vientre de Iris y lo miró con sus ojos redondos, mientras que Zenith estaba sentado en el regazo de Caña, él ya sabía de eso, por lo que no tuvo la misma reacción que su hermano.
Actualmente habían ido a tener un agradable picnic en su lugar favorito de la montaña Goffa, donde la hierba era tan blanca como la nube en el cielo brillante.
Esto era casi como la imagen que Iris soñó hace años durante la batalla.
—Sí —Iris asintió, besó su frente—. ¿Estás feliz de tener un nuevo hermanito?
—Pero, amo a Zen —Zander señaló a Zenith, quien se acurrucó contra el pecho de Caña.
—También puedes amar a Zen —Iris lo puso en su regazo.
—Owh, está bien —Zander inclinó la cabeza y le habló a Zenith—. También jugaré contigo, no te preocupes.
