La parte más pesada de tomar este viaje fue cuando tuvo que dejar a sus bebés. Iris tuvo que permitir que alguien más alimentara a los bebés, porque era imposible que pudieran estar tanto tiempo sin comer.
Afortunadamente, Aliana encontró a dos mujeres que acababan de dar a luz a sus hijos y estaban más que dispuestas a ayudar.
Por supuesto, Caña había realizado una verificación de antecedentes de ellas y todo estaba en regla, pero aún así, todo sobre ellas sería monitoreado. No se les permitía salir de la casa de la manada y Aliana y Hanna siempre estarían allí para acompañarlas.
Joel y Finn también se quedarían. Ellos eran los guerreros personales de los bebés, a menos que en el momento en que fueran amamantados, no se permitía que los dos jóvenes guerreros dejaran a los bebés solos.
Era demasiado, pero esta precaución era más que necesaria.