"Na había usado todo su poder para ayudar a Iris a superar su infancia, que no era nada más que una pesadilla, lo que hizo que su esencia vital se fusionara con ella.
En otras palabras, ella era Iris. Su existencia había dejado de ser nada, ni siquiera era un espíritu ya. Na no tenía forma ni recuerdos, ya que todo pertenecía a Iris ahora y la primera Serafín era solo un nombre.
Lo mismo no sucedió con Lu. No podía cesar su existencia, aunque el lícántropo maldito usara el cuerpo de Cane como su anfitrión, porque había prometido a Na ayudar a destruir a Decrático. Él era la sexta espada que Na había creado, como último intento de derribar al diablo y Lu mantendría su promesa aunque no pudiera volver a ver a Na nunca más.