—Con su poder actual, Abby era escéptica acerca de poder luchar contra el Decrático. No había forma de que pudiera tener una oportunidad contra él dada su debilidad, no importaba cuán fuertes fueran los Caballeros Santos y los usuarios de la magia del Reino Sagrado, al final sería el Serafín contra el Decrático.
Esto estaba escrito en su sala, la profecía acerca del Decrático y el Serafín. Porque las dos entidades existirían en algún punto en una de las generaciones de la vida del Serafín.
No había duda de eso, el conocimiento había sido inculcado en Abby desde que era niña y el Reino Sagrado la descubrió como la próxima generación del Serafín, ya que el anterior ya estaba muy viejo para llevar a cabo su deber como Serafín.
Ese día fue el día que cambió toda la vida de Abby. Muchas personas tenían altas expectativas de ella, donde empezaron a sofocarla. Prestaban atención a cada uno de sus movimientos, como si ni siquiera pudiera respirar mal.