Con rabia, reconstruye las tumbas de sus amados junto a las destruidas sepulturas, jurando obtener venganza mientras, entre lágrimas, ruega perdón por el tiempo que ha tardado en regresar a esas lejanas tierras.
Miles de sentimientos abruman su mente; recuerdos felices se desvanecen en su cansado corazón. Como primer paso para cumplir con el propósito de su vida, decide viajar hacia lo que queda de su antigua granja.
En el centro de su destrozada propiedad se alza la tumba de aquellos soldados del virrey que abusaron cruelmente de su amada. Con furia, destruye sus tumbas mientras bebe un trago de alcohol, tratando de exhumar los restos de esos despiadados hombres. Toma los cráneos de los viles paganos y los guarda en una pequeña bolsa para exhibirlos en la plaza del pueblo.
Cuando está a punto de terminar, escucha las risas de unos hombres que se acercan. Decidido a protegerse, utiliza la habilidad que adquirió en su vida anterior para cambiar su apariencia. Los hombres gritan al ver cómo su rostro se transforma frente a sus ojos; de su mandíbula emergen unos enormes colmillos y sus brazos se convierten en garras afiladas.
De repente, Charles se abalanza sobre sus victimarios, cortando con extrema precisión la garganta de uno de ellos. El soldado restante observa horrorizado cómo su compañero es devorado entre las fauces de esa bestia. Intenta escapar, pero sus piernas no responden. En un último acto desesperado, saca su espada brillante.
El soldado amenaza a la criatura, pero de repente ve cómo sus brazos son arrancados de su cuerpo. Litros de sangre se derraman mientras sus cercenados miembros caen a sus pies. Charles, sorprendido por la forma que ha adoptado gracias a la habilidad otorgada por la deidad, continúa su marcha hacia el pueblo.
Caminando por un sendero, divisa el lugar que tantos problemas le ha causado. Observa a la dama que le dio la bienvenida en su primera incursión en este mundo, ahora demacrada. Susurra unas palabras al oído de la mujer hasta que esta se derrumba a sus pies.
Sin más preámbulos, Charles entra en el casino, causando estragos. Los que lo despojaron de sus bienes intentan apuñalarlo, pero él se defiende con habilidad. Mientras tanto, recita unas palabras en voz baja.
"Terra quae sub pedibus meis iacet,
te iubeo per foedus sanguineum quod confeci:
Bitte lassen Sie nicht zu, dass mein Ziel meinem Zorn entgeht.
Faire dormir leurs pieds, seulement pour agir selon mes désirs".
Las piernas de todos los presentes se vuelven incontrolables ante la presencia de Charles. Muchos lloran suplicando piedad, pero él replica una y otra vez que ellos no tuvieron piedad con su amada. Finalmente, se carcajea al ver cómo el dueño del casino se arrastra hacia la puerta.
Charles lo toma del cuello, le propone un juego: encerrar a todas las personas en un domo y los obligará a pelear entre sí. grita a los participantes de aquel macabro juego que incluirá una pequeña bonificación si alguien logra asesinar al dueño del casino en los próximos 30 segundos obtendrá una bonificación especial.
Los participantes atónitos se niegan a participar en aquel juego, enfurecido Charles libera a unas bestias sedientas que comienzan a devorar a todos aquellos que no deseen participar en su juego retorcido, una de las bestias toma a uno de los participantes de los pies y lo desgarra desde su cavidad pelvica hasta la base del cráneo , comienza a devorar sus órganos y bebe la sangre de este desafortunado participante.
El juego continua un pequeño grupo de personas forman una alianza están dispuestos a todo para salvar su vida, deciden buscar en los rincones mas lejanos al dueño del casino mientras escapan de las bestias que desean saborear sus órganos.
Aquel grupo encuentra con prisa al dueño pero este es hábil, logra escapar con éxito asesinando a sus captores , Charles decide acabar el juego al ver que nadie es capaz de asesinar el dueño, eleva al dueño con magia mientras invoca un slime que se encarga de disolver los cadáveres mientras las bestias mutilan a los pocos que han logrado sobrevivir.
Charles felicita la audacia de aquel avaro ser decide dejarlo libre mientras Charles se dirige a la puerta el propietario del casino menciona que es un maldito demonio y que se alegra que aquella sucia semi-humana allá sido violada en múltiples ocasiones.
Con furia Charles invoca a miles de bestias que se encargan de desmembrar al propietario mientras el lo regenera para que el desmembramiento se ejecute una y otra vez hasta que el cuerpo del propietario se convierte en una masa de órganos pulverizados bañados en sangre.
toma aquella masa que a duras penas sigue con vida , decide que esos órganos sean devoradas por las bestias a las afueras de la ciudad, de pronto fija su vista en un regimiento de soldados que se acerca a el.