Mariano
Estaba sentado junto Ian, quien me esta hablando sobre cosas de trabajo como siempre, pero no solo de eso, si no que también sobre que mi ex esposa Paulina ya me demando por una nueva cosa.
-¿Qué me recomiendas hacer? -pregunto impaciente- esa mujer no me deja si acercarme a mi hijo si no es con autoridades y en un juzgado, ya no se que hacer con esa mujer.
-Seguiremos con el mismo plan, te prometo que are que tu hijo pueda estar aunque sea 2 días a la semana contigo y sin necesidad de tener a un agente de policía contigo, lo lograremos.
Deje de escuchar lo que Ian me decía cuando se empezaron a escuchar unos tacones bajando las escaleras, mire a esa dirección y vi a Nevaeh, se ve realmente hermosa. Estoy concentrado mirándola cuando escucho que me dicen al oído:
-Sierra la boca que se te esta cayendo la baba -dice divertido-.
Yo le doy un codazo en el estomago, cuando escucho una pequeña risita, vuelvo a mirar en dirección a las escaleras. La risa provenía de las escaleras, para ser mas exactos de una persona en especifico, de Candela Miguele o mejor dicho Nevaeh Di Stefano, mi novia.
Me acerco a las escaleras para ofrecerle mi mano a Nevaeh, ella la toma con mucho gusto dedicándome una sonrisa encantadora.
-Nevaeh, te ves hermosa -dice Ian acercándose a nosotros- y mira, tienes babeando a este hombre.
Ella suelta una risa nerviosa y dice:
-Gracias Ian.
Puedo notar el nerviosismo en la cara de Candela, parece que no está muy cómoda con las cosas que le dice Ian, pero ¿Quien lo estaría si supiera que no somos parejas en realidad? Pues solo un psicópata no lo estaría.
-¿Nos vamos? -pregunto cambiando el tema-.
-Claro -dice la chica que está a mi lado-.
-Nos vemos allá entonces -dice Ian desapareciendo-.
-Dice estupideces -dice Candela cuando quedamos solos-.
-Si... estupideces -dije, sabiendo que no eran tan mentira lo que Ian decía-.
-Bueno, vamos -dice ahora ella- ¿No es que tenemos que estar a las seis allá? Tenemos que estar a tiempo y más sabiendo que tú eres el anfitrión.
-Tienes razón mia regina -le doy la razon- la limusina nos está esperando afuera.
-¿Limusina? -pregunta con curiosidad-.
-Si, ¿O prefieres que nos vallamos en uno de mis carros?
-Tranquilo, la limusina está bien -dice sonriete-.
-Entonces mia regina, es hora de irnos -digo dándole mi brazo para que lo tome, ella hace lo que esperaba y salimos de casa-.
Llegando a la limusina le abro la puerta para que pueda entrar cómodamente a el interior de esta. Una vez que ya se encuentra dentro, ingreso yo a la limusina.
Cuando todo estaba listo emprendemos el viaje rumbo a el resinto donde se realizará la gala de mi empresa.
{...}
Veinte minutos después nos encontramos llegando a donde bajan todas las selebridsdes de sus carros o limusinas, justo en frente de una hermosa alfombra roja.
-¿Lista? -pregunto mirando en su direccion-.
-No -dice con cara de preocupación- tengo miedo de decir algo que no deba decir.
-Tu dejame todo a mi ¿Si? -resibo un asentimiento de cabeza- bien, entonces ahora bajaré y luego te daré mi mano para que bajes conmigo.
-Esta bien -dice tragando saliva-.
Hago exactamente lo que le explique a Nevaeh segundos antes, me bajo de la limusina, ya estando fuera estiendo mi mano para que ella salga también. Las miradas de todos estaban posadas en nosotros, los reporteros estaban tomando fotografías y todo.
El rostro de la chica que se encuentra a mí lado se ha suavizado, ya no era un rostro tenso y preocupado, ahora en lugar de esas emociones solo se encuentra una bella sonrisa.
La atraigo hacia mi y empezamos a caminar, todos nos miran atentamente mientras nos hacercamos a la cueva del oso, osea a los reporteros, donde se que si no lo sabemos manejar bien terminaremos siendo comidos por los chismes y ellos.
-¿Lista? -le susurro en su oído, apenas recibo un asentimiento de su parte nos hacercamos a los reporteros-.
-Señor Mariano ¿Quien es esta hermosa señorita? -pregunta uno de ellos-.
-Ella es Nevaeh Di Stefano -dije calmado-.
-¿Es su novia? -pregunta otro de los reporteros del lugar-.
-Exactamente, es mi mujer -dije con una sonrisa- Está hermosa mujer es mi novia y quien sabe, tal vez se convierta en mi esposa.
Cuando dije esto último los preguntas nos empezaron a agobiar asta que Nevaeh contesta algo que deja a todos los reporteros callados.
-Les pediré de favor que por favor no se metan en nuestra vida privada, cuando suceda algo nuevo en nuestra relación será publicado por nuestras redes sociales si es que así lo queremos -dice de manera seria- hoy vinimos para disfrutas de esta gala, no para que nos agobien por preguntas... es más, si quieres hacerlas me encargaré de hacer una entrevista con la prensa en otro momento, pero no justamente ahora.
Después de decir esto toma mi mano y me saca del foco de todas las cámaras, no permitió que los reporteros dijeran algo más porque ya me estaba arrastrando fuera de allí.
-Tienes agallas Nevaeh -dice Ian cuando la chica logra alejarme lo suficiente de la prensa-.
-En mi defensa sus preguntas me estaban agobiando -dice riendo nerviosamente-.
-Lo hiciste genial mia regina -dije dándole un beso en la mejilla-.
-Gracias amore -me responde tomando mi mano que se encuentra sobre su sintura-.
-Valla que te hace bien tener una novia -comenta Ian- tu corazón de piedra está volviendo a latir. Te felicito Nevaeh, volviste a hacer que el corazón de Mariano lata.
-No exageres Ian -dije serio- hermosa vamos para que conozcas a los cantantes que están en esta fiesta.
Cuando al fin logré sacarla de allí me alivie, sabía que si pasábamos un minuto más junto a Ian terminaría hablando de más, y no me conviene que Nevaeh sepa que me enamoré de las cosas que mi hermana me contaba sobre ella.
No me conviene que Ian le diga que no perdí solo a una persona querida, que si no perdí a dos, a mi hermana y a la chica de la que me enamoré sin conocerla.
-Presentarme a la esposa de Damián, recuerda que me tengo que hacer su amiga.
-Si, para allá vamos -digo mientras la localizo- Se llama Yurizan y su productor es Sebastián.
-¿Sebastián? El chico que estaba en el crematorio hace unas semanas, osea el mejor amigo de Candela.
-Si, exactamente el.
-Bien, estoy lista.
Candela
Nos hacercamos junto a Mariano a donde se encuentran Sebastián y Yurizan, la esposa de Damián. Quien al parecer no fue acompañando a su esposa porque no está por aquí.
-Sebastián, que sorpresa verte aquí -dice Mariano- no sabía que trabajabas en este medio.
-Si Mariano, soy productor como tú... les presento a Yurizan, una de mis estrellas.
-Mucho gusto Yurizan, soy Nevaeh, futura cantante. Y es un gusto volver a verte Sebas.
-Las dejamos para que se conozcan -dice Sebastián mientras aleja a Mariano de nosotras-.
-Te vi en las revistas de chismes y allí afuera dándoles un sermón a los periodistas. Tienes agallas -dice la chica sonriendo-.
-JaJaJa, lo hice porque odio que se metan en mi vida privada. Y los rumores son verdad, soy pareja de Mariano.
-Me alegra que Mariano por fin aiga vuelto a enamorarse.
-¿Cómo así? -pregunto con curiosidad-.
-Si ex esposa lo engaño, y ahora le saca un dineral como pencion por su pequeño hijo de 4 años.
-Oh, algo había escuchado, pero no mucho -digo sorprendida- y cuéntame de ti ,¿Tienes novio?
-Novio no, porque ya estoy casada -dice sonriente- se llama Damián Becker.
-¿El boxeador?
-Exactamente el.
-¿Y no está contigo hoy?
-No porque tenía que un asunto importante que resolver.
-Ya veo, me gustaría volver a verte y quien sabe, salir a tomar algo.
-Encantada, me encantaría que nos hiciéramos amigas.
-Lo mismo digo.
Y así pasamos el resto de la noche conociéndonos, resulta que un mostró como lo es Damián Becker se casó con una mujer que es realmente tierna y buena.
Ya estando de regreso en casa, me iba a ir a mi habitación cuando recordé que desde hoy en adelante duermo con Mariano, así que apenas me pongo la pijama en el baño de la habitación, salgo y me hacerco a donde esta el.
-¿Ya estás? -pregunta levantando la mirada-.
-Si -digo sonriéndole-.
-Entonces ¿Que esperas? Yo no muerdo -dice mientras palpa a su lado, exactamente el lado de la cama que está vacío- ya es tarde, hora de dormir.
-Exacto y más si quiero salir temprano a entrenar y después ir a verme con Yurizan.
-¿Ya se hicieron amigas?
-Amigas, amigas no pero decidimos salir para conocernos y pues hacernos amigas. En cuestión de meses tendré todo lo necesario para meter a la cárcel a Damián.
-Bueno, dejemos de pensar eso y a dormir -dice apagando la luz y acomodándose en la cama. Yo ahí exactamente lo mismo-.
En la madrugada empecé a tener exactamente la misma pesadilla de todas las noches, ese orrible recuerdo del día que encontré muertos a mis padres en la panadería.
Desperté por que alguien me estaba moviendo y diciendo:
-Hey, Candela despierta.
Desperté sudando y muy asustada. Pensé que habían desaparecido esa pesadilla aunque sea por unas noches, porque desde que estoy aquí no había sucedido asta hoy.
-¿Estas bien? -me pregunta cuando ve mi cara de panico-.
-Si, solo fue una pesadilla -digo, pero lo digo intentando convencerme a mi misma-.
Candela, solo es una pesadilla, cálmate... Por favor cálmate.
Mi conciencia empieza a hablarme, intento hacerle caso mientras sigo a la agenda mirada de Mariano.
-¿Segura que estás bien?
-Si, tranquilo, estoy bien -digo volviendo a acomodarme- apaga la luz y volvamos a dormir.
El hace caso a lo que le pido, apaga la luz y se acomoda nuevamente en la cama...
{...}
No se en que momento me dormí porque estuve más de media hora sierra después de que se durmiera Mariano.
Pero desperté abrazada a el, mi alarma estaba sonando así que intento zafarse de su agarre.
Cuando lo logro me dirigí al baño, pero antes de ir a el paso por el armario tomando mi Roma deportiva. Cuando estoy dentro hago mis necesidades, me visto y poco las lentillas. También hago mi aseo personal.
Antes de salir del baño me hago un rodete desordenado. Cuando entro nuevamente a la habitación me encuentro a Mariano aún dormido.
Camino por el pasillo en dirección a las escaleras, pero antes de bajar paso por la habitación de Alona, abro un poco la puerta y la veo durmiendo cómodamente.
Me aseguro que esté bien dormida y ahora si bajo las escaleras en dirección a la cocina donde me empiezo a preparar un batido para llevármelos al gimnasio.
-Mi niña ¿Qué haces despierta tan temprano? -pregunta Clarita entrando a la cocina aún con su pijama puesta-anoche llegaron súper tarde, pensé que dormirías asta tarde.
-No Clarita, voy a ir al gimnasio, tengo que terminar esto lo antes posible. No me gusta ser un estorbo aquí.
-Pero si no lo eres... Mariano la trajo porque quiso traerla con el, si no, no uniera aceptado todo eso.
-No lo se Clarita, pero lo que si es que me siento uno -digo mientras vierto el contenido de la licuadora en mi botella de un litro y el resto en un vaso para tomarlo-.
-Pero no lo eres Candela -dice una voz detrás de mi-.
Carajo, ¿Cuándo fue que se levanto?... el solo oír su voz me pone rígida mientras Clara que esta frente a mi se ríe de mi expresión.
-No eres un estorbo Candela, te tengo aquí porque fue mi decisión pero no eres un estorbo -dice mientras camina hacia mi-.
El lugar se queda en total silencio mientras Mariano toma un vaso y vierte lo que queda en la licuadora. Nosotras miramos atentamente los movimientos de Mariano asta que suena una bocina fuera de la casa.
-Ya vinieron por mi -digo mientras tomo la botella y la pongo al interior de mi bolso de entrenamiento-.
-¿Quién? -pregunta Mariano-.
-Sebastián -me limito a decir- vamos al mismo gimnasio así que desde hace unas semanas el viene por mi y Lucca me espera allá, decidió también inscribirse para tenerme mas segura en lugar porque Damián ya se esta pasando un poco.
-¿Por que no me lo dijiste?
-Podemos hablar luego este tema, me están esperando fuera -digo mientras salgo de la casa-.
Genial Candela, ahora te espera una pelea con Mariano cuando regreses solo porque lo dejaste hablando solo. Cuando llego asta el auto de Sebas, abro la puerta del copiloto y entro tirando mi bolso en la parte trasera.
-Hola Horroroso -digo en forma de saludo, dándole un beso en la mejilla-.
-Hola Horrorosa -dice para luego empezar a salir de la propiedad-.
Yo enciendo la radio, en ella empieza a sonar "ADIÓS" de Maria Becerra. Nos miramos fijamente para luego reír y empezar a movernos al ritmo de la canción esta que empieza a cantar.
-Entendí que fue una mala partida
Porque con mi corazón terminaste jugando, ey
Pero pa que sepas, no estoy arrepentida
Porque, al perderte, terminé ganando -empieza cantando el-.
Apunta en mi dirección, clara señal de que yo seguiría cantando.
-Y se terminó, no quiero tus besitos ni tu falso amor
No mandes regalitos, no pidas perdón
Que mi corazoncito hoy te dice: "no"
Qué pena me das
Si te vieran cómo venís y me rogás
Pero puertas afuera eres un galán
Y a tu telenovela ya le di final.
-A tus engaños y a tus mentiras le digo adiós
Ya no hay más daño, no más heridas, conmigo no
De tu falsedad y tu hipocresía, ya me cansé (ya me cansé)
Ni por un segundo a tu doble vida voy a volver (la lady) -continuamos cantando al son-.
Las risas no faltaron en el auto mientras íbamos rumbo al gimnasio. Sebas me contaba cómo está su relación con su novio y todo iba más que bien.
Cuando estábamos llegando pude ver como Damián regresaba a su auto demasiado enfadado mientras hablaba por teléfono, se ve enojado.
-Sebas sigue a ese auto -digo apenas veo como se empieza a mover el auto de Damián-.
-¿Que sucede Candela? -pregunta mientras hace lo que le pido-.
-Luego te explico -digo mientras un me pongo el collar y llamo alagente Morales-.
No dejo que diga nada y digo:
-Estoy siguiendo a Damián, por favor procura gravar lo que sucederá y avísale a Lucca para que esté pendiente de todo.
Corto la llamada y me giro hacia Sebastián.
-Tienes que estar preparado para esto -meto la mano debajo del asiento, de ese lugar saco dos armas entregándole una a el- ten esto, es para defensa propia y están anotadas a mí nombre.
-¿Cuando pusiste eso allí? -pregunta mientras toma una-.
-Cuidado, está cargada -le advierto- y están aquí desde hace unas semanas, tiempo exacto en el que me llevas a todos lados. Te tengo que proteger a ti y a mi, hay en todos lados dónde estoy.
-Ah -dice-.
-Bueno ahora estaciona aquí -digo al ver que entra a un terreno- bajaré aquí, estate pendiente a cuando saldré hacia acá.
El asiente y yo salgo del lugar, me escondí detrás de unos arbustos, saco mi arma lentamente para tenerla a mano por cualquier cosa.
Desde ese lugar puedo ver exactamente a una chica parada esperando a que Damián salga del auto. Este se demora un poco antes de apagar el motor del auto y bajar.