La batalla final se libró en un campo de batalla empapado por la lluvia, donde el protagonista se enfrentó al clon de Demio, quien también había crecido en poder y determinación desde su último encuentro. Ambos guerreros se miraron con determinación, sabiendo que esta era la confrontación final que decidiría el destino de Nihonara.
El clon de Demio desató una serie de ataques demoníacos, y el protagonista luchó valientemente para esquivar y contrarrestar cada uno de ellos. La batalla fue intensa y emocionante, con ambos luchadores dando lo mejor de sí.
A pesar de su valentía y determinación, el protagonista se encontró luchando contra un enemigo formidable. El clon de Demio había adquirido una fuerza y malicia inigualables, y sus ataques eran implacables.
La batalla llegó a su punto culminante en un enfrentamiento final. Ambos guerreros estaban exhaustos y heridos, pero seguían luchando con una determinación feroz. Sin embargo, en un momento decisivo, el clon de Demio logró lanzar un ataque devastador que el protagonista no pudo esquivar.
El ataque del clon de Demio fue certero, y el protagonista cayó al suelo derrotado. La victoria de la oscuridad sobre la luz parecía inminente. Nihonara estaba sumida en la tristeza y la desesperación mientras el clon de Demio se alzaba como el vencedor.
La derrota del protagonista fue un recordatorio doloroso de los sacrificios y las pérdidas que habían enfrentado a lo largo de su viaje. Aunque la oscuridad había prevalecido en esta ocasión, la lucha por la paz y la esperanza en Nihonara estaba lejos de haber terminado.