Marco Roldán tenía 29 años cuando fue visto por última vez, el 6 de enero de 2013. El joven ingeniero en Sistemas cordobés estaba en Chile, viajando como mochilero. Un amigo con el que compartía su departamento en Córdoba, y un guía de montaña francés fueron los últimos en verlo esa tarde. Luego de eso, nada más se supo de él.
Desde entonces sus padres, Luis Roldán y Cándida Guzmán, siguen de cerca la búsqueda. Cada año, pasan el 6 de enero en Cochiguaz, la ciudad donde Marco desapareció, y presionan a la Justicia chilena para que no abandone la búsqueda y sancione a los responsables.
Durante la pandemia, Candy y Luis no pudieron viajar, pero este año están nuevamente en Cochiguaz buscando novedades de la causa, y a la espera de nuevas diligencias por parte de la Justicia chilena.
DESAPARECIDO EN LA MONTAÑA
Aquel verano de 2013, Marco había viajado a Chile con su amigo Mario Olivera, con quien compartía un departamento en la calle Lima, de Córdoba capital. Así llegaron al cordón del Cochiguaz, en la cordillera chilena, una localidad ubicada a 1.550 kilómetros de Córdoba, al oeste de Chile, que comparte la latitud con el Cerro Colorado, en Córdoba, o con la playa de La Serena, en Chile.
El 6 de enero se levantaron temprano para hacer una travesía corta ascendiendo al cerro Cancana, que esperaban finalizar antes de las 5 de la tarde. Se les unió Frédéric Deltour, un montañista francés a quien habían conocido en ese lugar el día anterior, y con quien habían compartido un momento de meditación.Comenzaron el ascenso los tres, pero cerca del mediodía, Mario Olivera, quien se sentía cansado, decidió volverse al campamento con la convicción de que Marco quedaba en buena compañía.
el último en ver a Marco fue el mochilero francés, quien regresó al campamento diciendo que Marco había decidido continuar el recorrido solo. Desde ese momento no se supo más nada de él.
En las siguientes horas, y tras no tener noticias del cordobés, comenzaron a organizarse búsquedas, primero con los andinistas que había en el lugar, y luego con la policía, bomberos y fuerzas especiales de Chile.
En los días posteriores, también viajaron sus padres, algunos amigos e incluso integrantes del Centro Cultural Argentino de Montaña que tiene sede en Córdoba. No hubo ningún resultado positivo.
Durante meses se lo buscó con perros, drones, montañistas, y todo tipo de fuerzas de seguridad, sin resultados.
SOSPECHAS SOBRE EL DUEÑO DEL CAMPING
El único nuevo elemento en la causa llegó en abril de 2018, cuando el fiscal regional, Adrián Vega, quien lleva adelante la investigación desde hace cinco años, decidió imputar a Hernán Ahumada. Se trata del dueño de camping Río Mágico de la zona de Cochiguaz, sobre quien pesa la acusación de desaparición de persona, aunque por el momento se encuentra en libertad.
La presunción es que Marco habría tenido una fuerte discusión con Ahumada porque supuestamente habría pasado por ese camping y no habría querido abonar la tarifa.
Según los padres de Marco, hay distintos indicios que complican a Ahumada, como que en su camioneta se halló una cámara de fotos que habría sido del joven cordobés, además de algunas contradicciones en las que habrían caído familiares del dueño del camping.
El abogado de Ahumada sostuvo en su momento que se trataba de una causa armada por el fiscal, y que su representado no tenía nada que ver con el caso.
"Nosotros no tenemos paz, yo lo voy a buscar hasta que me dure la vida y si me pasa algo a mí continuará mi otro hijo", afirmó Luis ante un medio chileno. También indicó que cuando se jubile irá a vivir a Cochiguaz para que la familia Ahumada lo vea a diario. "Cuando vamos y ponemos los carteles con la imagen de Marco, ellos los sacan porque les molesta", indicó.OTRA VEZ EN LA MONTAÑA
"Es un día muy triste para nosotros", comentó Luis en diálogo exclusivo con La Voz, desde Cochiguaz, donde desapareció su hijo.
Luis comenta que el viaje no fue fácil. En la frontera, las altas temperaturas se suman a una total falta de infraestructura (ni sombra, ni agua, ni baños) en la aduana chilena. "Estuvimos 7 horas esperando allí, es inhumano, la pasamos mal", reclamó el padre de Marco.
El jueves 5 de enero llegaron al lugar donde todavía creen que puede estar su hijo. "Estamos alojados en la casa de unos amigos. Hemos hecho buenas amistades y nos encontramos con gente muy solidaria que nos alienta y nos permite seguir. Aquí todo es mucho más caro, un alojamiento vale entre 50 y 70 dólares, sin la ayuda de la gente no podríamos estar aquí", explica.
El jueves, Luis y Candy se reunieron con el fiscal Vega para conocer las novedades de la causa. Además, Vega les había adelantado que tenía algunas diligencias preparadas para realizar, para lo cual quería que sus padres estuvieran presentes. Sin embargo, el jueves el fiscal dijo que no había conseguido los recursos para realizar el operativo, que esperaba se pudiera poner en marcha pronto.
"Quieren hacer un trabajo especial por un sector que está bajo secreto de sumario, con gente experta, drones y dispositivos que permiten detectar lo que hay bajo tierra. Vega nos dijo que sigue gestionando esas diligencias, y que nos va a avisar, que se realizarán próximamente y que quiere que estemos presentes cuando se realicen", indicó Luis.