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Chapter 57 - Capítulo 10: La Semidiosa y la Auto Memories Doll Parte 4

La mañana después de que el aguacero se había detenido era hermosa. Los árboles y la hierba cubiertos de rocío dejaron el olor característico de después de la lluvia. El Sol encerró al mundo con una luz diferente a la del ocaso. Esa misma mañana, el sol hizo que la llovizna brillara continuamente. El cumpleaños y el funeral de una chica, que era adorada por cierta organización religiosa de una isla aislada, fueron saludados por un día hermoso.

— Lady Lux, por favor ve razonablemente.

Con un arma apuntando hacia ella, Lux tenía sus muñecas atadas y fue puesta en un pequeño bote lleno de flores. El "razonablemente" que había dicho Lisbon no estaba dirigido a quien estaba a punto de morir. La cara de Lux tenía una clara evidencia de que había sido golpeada. Tenía la boca hinchada de color púrpura, la esquina del ojo herida. Quizá porque no le habían dado ningún descanso, su cabeza se tambaleó y su visión estaba fuera de foco.

Como Lux permaneció en silencio incluso con una cara tan agotada, Lisbon rió.

— Lady Lux, eras la semidiosa más dócil y fácil de manejar que había visto en mi vida. No te hemos perdonado por ayudar a esa de Auto-Memories Doll a escapar, pero… dejaremos de culparte, ya que estás a punto de emprender el viaje a los Cielos. ¿Algunas últimas palabras?

Lux miró a Lisbon sin comprender. Ese mundo tenía un escenario tan impresionante, ¿cómo es que la gente que vivía en él era tan fea? Como si percibiera los sentimientos de Lux, una sonrisa distorsionada apareció en los labios de Lisbon.

— ¿Cuánto tiempo seguirás haciendo esto?

— Siempre. Para siempre.

— ¿Cuál es el significado de eso?

— ¿Estás preguntando eso ahora?— Lisbon bufó como si se burlara de ella—. Deseamos proteger este mundo, que los dioses han creado. Has escuchado las leyendas de los semidioses varias veces, ¿verdad? Son diferentes tanto en los Cielos como en la Tierra. Eres diferente. Una existencia como esa es… extraña. Es extraña, ¿verdad?

Incluso mientras era cuestionada, Lux no podía responder a la etiqueta de la palabra "extraña".

— Tu existencia en sí es extraña. ¿Qué pasa con esos ojos y cabello? No son "normales". Si no se eliminan a los diferentes, podrían causar problemas.

— No he… hecho… nada.

— Incluso si no has hecho nada todavía, eventualmente podrías hacerlo. Tu existencia es una molestia. Para decirlo simplemente, estamos… asustados de los que son como tú. Es por eso que te veneramos, respetamos y matamos.

No podían soportar a los que no eran como ellos, a los que no eran similares a ellos.

Lux finalmente entendió la razón por la cual la gente de esa organización se reunió. El amor propio que había ido demasiado lejos. No identificarse con otra persona los hizo sentir incómodos. Por lo tanto, los mataban. Era una creencia perversa, pero para ellos, eso era visto como "normal".

Y la más loca aquí soy yo, por pensar que ser asesinada por esta gente era lo mejor.

La pistola apuntaba a la diadema en la cabeza de Lux.

— Se suponía que morirías ahogándote, pero la Hermana que solía cuidarte suplicó misericordia. Te dejaremos morir con un disparo. Porque morir sofocada… es terrible. Entonces, adiós, Lady Lux. Te lo entregamos en tus últimos momentos: el coro número 320—. Lisbon dio una señal a sus espaldas.

Mientras lo hacía, las otras monjas, que estaban alineadas y las habían estado mirando a los dos, comenzaron a cantar un réquiem. Aunque estaban intentando un asesinato colectivo, sus voces mientras cantaban eran hermosas.

— Nuestros dioses en el cielo…

Ella sería asesinada una vez que la canción terminara.

Para diluir su miedo a la muerte, Lux murmuró las palabras que había memorizado una y otra vez en las Escrituras:

— "Yo soy tu hija, yo soy tu carne y sangre, soy tus lágrimas".

El sonido del agua que resonaba debajo del bote era el sonido de la tumba en la que pronto fluiría.

— "Ten piedad, ten piedad, ten piedad de mí"—. Las raíces de sus dientes temblaron de manera desigual—. "Apiádate de mí, Dios"—. La suya era una voz llorosa. Lux constantemente derramó lágrimas por el miedo a su viaje imparable hacia la muerte.

Aunque ella había elegido la muerte, el hecho de que era aterrador darle la bienvenida no cambió. Aunque vivir era más aterrador, la agonía que la aguardaba era insoportable.

— Dios… Dios… Lady Roses…

El cuerpo de Lux probablemente sea llevado por el río y caiga de la gran cascada. Su cadáver flotaría junto con las flores, caería en la cuenca y sería tragada por ella. Todo su ser sería invadido por el agua y se hundiría. Solo imaginándolo, sintió ganas de desmayarse. Más bien, sería maravilloso si ella pudiera desmayarse ahora.

— Dios… Lady Roses… Lady Roses—… Lux repetidamente llamó el nombre de la diosa que se decía que era su madre—. Lady Roses… Lady Roses—… Muchas veces, en lugar de recitar hechizos para eliminar su miedo—. Lady Roses… Lady Roses… Lady Roses…

Mamá, ¿me has dado a luz y me has abandonado solo para después actuar como si no tuvieras nada que ver con esto?

— Lady Roses…

¿Qué fue mi vida?

— Lady Roses… ugh… uh, ah, ugh…

Cuando era pequeña, aunque era pobre, aunque era huérfana, no habría elegido la muerte por mi propia voluntad. ¿Por qué las cosas salieron así?

— Lady… Roses… uuh—… Ella la llamó incluso mientras estaba hipando—. Uuh… uh… Rose—… Así es como estaba pasando sus últimos momentos—. Uah-aaah… uuugh—… Con su boca todavía abierta—. Vi…— Con la voluntad de alguien que todavía buscaba aire—. Vi… o—… Ella llamaba a su dios de la salvación, quien apartó sus miedos—. ¡Vi… o… let…!— Gritó Lux.

"Si alguna vez necesitas ayuda, llámame."

El nombre de la única persona que realmente intentó salvarla en su vida.

— ¡Violet! Violet, ¡Violet! ¡Ayúdame! ¡No quiero morir!

¿Fue ese deseo un desencadenante de algo? Un grito se elevó durante el réquiem. Lisbon cayó de repente. Los ojos de Lux podían ver a alguien golpear a Lisbon desde atrás. Cuando recibió el golpe en la cabeza, Lisbon terminó soltando las cuerdas que sujetaban el pequeño bote y entonces comenzó a ser llevado por la corriente. Sin embargo, los cables fueron detenidos inmediatamente y el bote se detuvo.

— ¿Eh?

La monja que había cometido esas acciones se mantuvo con la cara inexpresiva.

— Eh, ¿eh?

Sosteniéndose de las cuerdas del bote, la monja extendió sus brazos hacia Lux para empujarla a la fuerza hacia tierra. Empujó a Lux a su espalda de forma protectora, y el pequeño bote fue llevado por la corriente como si no fuera asunto de nadie.

Todos estaban aturdidos. Sus bocas estaban abiertas a un grado ridículo.

— He estado…

El hecho de que la que había destruido el ritual apareciera en el interior de ese lugar era algo inconcebible. Era imposible.

— … Estaba esperando a que me llamaras, Lady Lux—…Sin embargo, ella, que lo había hecho. Expuso su rostro mientras se quitaba la cofia blanca.

— ¡Violet!

Era la única persona que se había arriesgado a ayudar realmente a Lux en su vida. Ella era una extraña Auto-Memories Doll.

Antes de que nadie se diera cuenta, Violet sostenía el arma que había estado en manos de Lisbon. Sin piedad, disparó a los pies de las monjas. La tierra voló como si explotara.

— Abran camino. Si alguien intenta interferir, le advierto que no saldrá de esto solo con un moretón.

Sin moverse del lugar, las monjas se miraron.

— ¡Peleen, mis compañeras que sirven a los dioses!— Tumbada en el suelo y soportando el dolor, Lisbon gritó.

Las monjas se reunieron y respondieron a su valiente llamada. Todas tomaron cuchillos y pistolas dentro de sus túnicas y se dirigieron hacia las dos.

— Perdónenme, pero tendré que tratarlas un poco brusco—. Violet tomó a Lux en sus brazos. Con la posible dificultad de sostenerla, Violet puso a Lux bajo su brazo y echó a correr.

Las monjas vinieron en su dirección con la intención para chocar con ellas. Con el impulso que obtuvo de la carrera, Violet saltó y pateó a varias de ellas como si derribara piezas de dominó.

Siendo tratada como equipaje, Lux dejó escapar un grito poco convencional. Violet la empujó hasta el final del camino que había abierto, girando de nuevo hacia los enemigos. Con un balanceo amplio, arrojó el arma que se había quedado sin munición a un oponente que sostenía a Lux a punta de pistola, golpeándola en la cara y haciendo que se desmayara. Luego se lanzó hacia arriba haciendo un salto mortal y pateando el estómago de alguien que corrió hacia ella con un cuchillo. Robando dos pistolas de un enemigo caído, y mientras disparaba con ambas, tomó el control la situación. A pesar de la abrumadora desventaja de una persona contra muchas, Violet tenía la ventaja en ese campo de batalla.

Estremeciéndose, Lux retrocedió. Violet, que notó que un enemigo intentaba atacar a Lux nuevamente, saltó de inmediato. Enrollando su cuerpo alrededor de la monja como una serpiente, enredó sus piernas alrededor de su cuello y le aplicó peso, dándole la vuelta. Entonces bajó su puño sobre la cara de la monja.

Ella es… abrumadora.

Los ojos de Lux estaban pegados a la forma en que peleaba.

Violet declaró inusualmente en voz alta a las monjas caídas que la miraban fijamente

— Mis brazos son prótesis de Estark Inc. Pueden aplastar fácilmente sus cuerpos. Aquellas que están listas para ello, por favor continúen—. Su valiente silueta mientras abría una mano frente a su pecho era la de una bella luchadora, luego apretó un puño y soltó un grito.

Las monjas fruncieron el ceño como si vieran a la diosa del combate, Garnet Spear, a quien habían reverenciado no pocas veces.

Como pudo, se levantó a pesar de su cabeza sangrante y Lisbon gritó:

— ¿Qué están haciendo? ¡Agárrenla! Pueden devolverla a los Cielos aquí… Lo permitiré. No podemos dejar que este monstruo se pierda en esta tierra.

— ¿Los semidioses son monstruos?

Ella respondió rápidamente la pregunta de Violet:

— Eso es correcto. Se supone que los monstruos como tú… no deberían estar en la Tierra. Mitades que no son ni personas ni dioses… ¡tus poderes seguramente nos traerán tragedia! Tú… ¡eres un gran ejemplo! ¿Dónde aprendiste a pelear así? ¿A cuántas personas has matado? Se supone que aquellos como tú no deberían haber nacido. ¡Herejes!—. Los ojos de Lisbon estaban inyectados con sangre, y la saliva burbujeaba en sus labios, aquellos que solían formar una suave sonrisa.

Había monjas con expresiones de asombro ante sus declaraciones, pero las que estaban de acuerdo con ella, asentían y agarraron fuertemente sus armas de nuevo.

Violet simplemente replicó a las maldiciones de Lisbon,

— Ya veo. De verdad, podría ser una semidiosa. Si ese es el caso, puedo confirmar muchas de estas cosas—. Con su tono que tenía un aire dulce que se volvió helado, ella continuó—. De hecho, no se podría evitar si una imitación de ser humano como yo fuera asesinada con el pretexto de ser devuelta al cielo. Pero Lady Lux es diferente. Ella es… simplemente una chica que pasó por experiencias aterradoras—. No había duda en sus acciones o palabras—. Podrías estar satisfecha si dijera "por favor llévame". Sin embargo, ahora soy un monstruo domesticado. No puedo permitirme morir tan fácilmente. Tengo prohibido luchar batallas innecesarias, pero… mi Señor una vez me dijo—: se quitó los guantes negros, mostrando sus brazos artificiales— "vive"—. Violet corrió instantáneamente hacia Lisbon, esta vez lanzándole un puñetazo en el estómago.

Lisbon voló una gran distancia. Su cuerpo cayó al río y las otras monjas acudieron en su ayuda en apuro extremo, ya que parecía que la corriente la arrastraría.

Solo un golpe de uno de sus puños fue suficiente para enviar a alguien volando por el aire como una muñeca. Al presenciar ese hecho, aquellas que habían recuperado sus armas los soltaron de inmediato.

— Contendientes, adelante. Yo, Violet Evergarden, les haré compañía—. La bella mujer parada tranquilamente en medio de tanta violencia era espeluznante y fascinante.

Al final, nadie intentó ir contra ella después de eso, y entonces, Lux y Violet caminaron para salir del lugar.