Victoria Carson ha pasado nueve años internada en una clínica psiquiátrica.
¿Y por qué?
Nadie sabe realmente el motivo.
Sus hermanos decían que estaba loca.
Sus vecinos decían que ella tenía transtornos de Obsesión.
Sus amigos la culpaban de la muerte de una chica.
Nadie en realidad sabía por qué victoria entró a esa clínica a los diez años.
Pero para los doctores había otra razón.
(9 años antes)
Un doctor había llevado a su hijo de once años por qué no tenía con quién dejarlo.
Sabía que era peligroso, pero el niño no saldría de su oficina.
Cuando ellos iban entrando llevaban a una niña en una camilla dormida.
Al niño eso le llamo la atención, pero no preguntó nada.
Una semana después al niño le ganó la curiosidad.
—¿Quien es esa niña papá?—le preguntó a su padre.
—Esa niña saco el corazón de su madre y el cerebro de padre—dijo haciendo sonreír al niño.
—Debe ser una niña muy caritativa y muy inteligente—dijo el niño sonriendo y el doctor suspiró.
—creo que no entendiste hijo, esa niña mato a sus padres—dijo y el niño lo miro asombrado.
Un día la niña salió al jardín justo cuando el niño y su padre se iban.
Y nuevamente la niña se volvió a ilusionar.
(Actualidad)
(Victoria)
El momento se acercaba, muy pronto iba a salir de aquí y él vendría conmigo.
Por qué el era mío y de nadie más.
—Hola Vic —dijo el entrando a mí habitación.
—Hola Gabriel —le dije sonriendo y el busco mis pastillas.
Seguí con la mirada cada uno de sus movimientos.
El era como un ángel caído del cielo, uno que estaría conmigo para siempre.
Pero primero tenía que escapar yo para preparar nuestro hogar.
—¿Gabriel tienes novia? —le pregunté y vi como mi pregunta lo sorprendió.
—No —dijo y río —¿Por qué preguntas? ¿Acaso estás celosa? —me preguntó y asentí
—Yo quiero ser tu única Novia —le dije y el rio y asintió.
—De acuerdo, tu serás mi única novia —dijo y sonreí—Entonces querida novia, necesito que se tome este medicamento —dijo dándome las pastillas, las tomé y me las eché a la boca, pero las escondí bajo mi lengua.
Unos minutos después Gabriel se fue y yo fui al baño a tirar las pastillas, salí del baño y me fui a la cama a dormir un rato, para que ellos no sospecharan.
(********)
Abrí mis ojos al oír la puerta abrirse, Gabriel entró sonriéndome.
—Es hora de ir al jardín—dijo y asentí, me levanté de la cama y salimos de aquella habitación.
Era solo cuestión de tiempo para irme, ya todo estaba planeado y calculado, solo tenía una oportunidad y no podía desaprovecharla.
(2 meses después)
Hoy era el gran día, pueden creerlo, por fin sería libre.
Y se preguntarán ¿Cómo lo haré? Estos dos meses he guardado las pastillas para dormir que me da Gabriel, y son demasiadas, ya que aveces hacia que me dieran.
El caso es que esas pastillas ya estaban echas polvo y listas para vertir en el agua y comida.
Este día habría una celebración, donde hasta los guardias estarían presentes y por ese motivo, hoy era el día perfecto.
Y claro que yo les ofrecí mi ayuda a las cocineras y el director lo autorizó.
Y así aproveché para vertir el polvo en la comida y el agua.
Esto será tan emocionante y divertido, por fin podre salir de aquí y nadie me lo impedirá, ya que todos estarán durmiendo como unos hermosos bebés.
Después de acabar de ayudarles a las cocineras, me fui a la que era mi habitación con la escusa de que me sentía mal.
Al acostarme en la cama la puerta se abrió y entró Gabriel.
—¿Bajarás a cenar?—me preguntó y asentí.
—En un rato, me siento un poco mareada—le dije y el asintió, se acercó a mí y me dio un beso en la frente, sentía que me derretía, este chico es perfecto y será solo mío y de nadie más.
—Te estaré esperando—dijo y asentí y le di un beso en la mejilla y el salió de la habitación.
—Si me esperaras Gabriel por qué regresaré por ti—dije sonriendo.
Cada minuto que pasaba era eterno para mí, estaba tan ansiosa por irme de este maldito hospital.
Mire el reloj en la pared y ya era el tiempo, me levanté de la cama y salí de la habitación y fui directo al comedor.
Al llegar brinque de alegría al ver a todas las personas durmiendo, unas en el suelo y otras en sus asientos, vi a Gabriel y estaba En el suelo, me acerqué a él y lo besé.
Me fui a la oficina del director y busque la dirección de la casa de Gabriel y la anoté en un papel, tome las llaves necesaria y también encontré dinero y un arma, salí de la oficina más que contenta, llegué al área donde dormían las enfermeras y busque algo de ropa de mi talla, al encontrarla me cambié y me dispuse a salí de este maldito lugar.
Creo que no les conté, pero antes de que llegara Gabriel, había un hombre que era mi enfermero y todas las noches abusaba de mi, yo tenía apenas 15 años cuando el maldito comenzó a violarme, y así fue por dos años, hasta que me harte y lo mate y fue cuando Gabriel llegó y me enamoró, en estos dos años que el lleva siendo mi enfermero jamás me ha faltado el respeto y nada por el estilo y eso fue lo que más me enamoró, el es todo un caballero.
Llegué al estacionamiento, saque de la chaqueta las llaves del auto que eran de la zorrita que coqueteba con MI Gabriel.
Subí al auto y lo encendí y conduje hasta la entrada donde no había nadie, abrí el portón y salí con el coche, baje y fui a cerrar el portón.
Por fin era libre.
Y nadie me lo impedirá.
Ahora lo único que me faltaba era buscar el lugar adecuado para llevar a Gabriel y así poder estar juntos.