Después de caminar durante varios minutos, finalmente llegaron a la isla.
—Bienvenido a mi humilde hogar —le dijo Long Yejun a Yuan mientras abría la puerta.
—Aunque, este es solo mi hogar secundario que solo uso cuando estoy en mi forma humana. Mi verdadero hogar es el agua del exterior.
El interior de la casa era increíblemente simple. Solo había una habitación grande con un sofá, una mesa cuadrada, cuatro sillas y algunas decoraciones en la pared.
—¿Qué sueles hacer aquí? —preguntó Yuan por curiosidad.
—Esto.
Long Yejun de repente se tumbó en el sofá, con todo su cuerpo estirado en él y un pie colgado casualmente del borde.
—¿Qué estoy viendo...? —Yuan no quería hacer suposiciones y preguntó.
—¿No lo puedes decir? Estoy relajándome.
...
Yuan se quedó sin palabras.
