—Junior, es bueno tener confianza en uno mismo, pero claramente estabas al borde de la muerte. Si no te hubiera salvado justo ahora, te habrías convertido en un pincho humano —habló Kelan tras un momento de silencio.
—Además, si no te habías rendido, ¿por qué estabas congelado justo ahora? Cualquier espectador habría asumido que te estabas rindiendo en esa situación —dijo Kelan.
—Aunque agradezco tu consideración, fue innecesaria y socavó mi existencia. Vete. No necesito tu ayuda —sacudió la cabeza y suspiró Yuan.
—¡Tú...! —La expresión de Kelan se volvió rápidamente enojada. No podía creer que le estuvieran dando lecciones justamente la persona que acababa de salvar.
—¡Así que es así! Entonces adelante y muere aquí, ¡maldito obstinado y arrogante! —Kelan dejó la escena al momento siguiente.
