Un año completo había pasado desde que Tian Qiyuan comenzó su Ceremonia del Dios de la Creación, y había forjado 10 tesoros de Grado Celestial en 10 intentos, lo que significa que no había fallado ni una sola vez desde que comenzó.
Cada vez más personas se volvían escépticas y dudaban de su legitimidad. Aun así, nadie podía descifrar sus métodos y continuaban observando asombrados cómo Tian Qiyuan demostraba su insondable destreza.
—¡Mierda! ¿Cómo demonios lo está haciendo?! Me niego a creer que lo está haciendo sin trucos! —El Herrero Cielo Ardiente comenzó a morderse las uñas frustrado mientras seguía analizando cada movimiento de Tian Qiyuan para exponer sus trucos sin éxito alguno.
No podía comprender cómo Tian Qiyuan refinaba los materiales tan rápidamente y cómo lograba forjar con éxito un tesoro de Grado Celestial cada vez.
