—Ahora bien... Zi Xuan, hablemos sobre tu situación. ¿Por qué te quedas en el Valle del Desvanecimiento, poseyendo esa Espada Gigante? —Yuan centró su atención en Zi Xuan ahora que el asunto de Yu Ning estaba resuelto.
—Buena pregunta. Desafortunadamente, no lo sé. O, más precisamente, no lo recuerdo. Cuando desperté, me encontré dentro del Valle del Desvanecimiento, y para evitar que mi alma se degradara, tuve que poseer un tesoro, y esta Espada Gigante estaba cerca.
—¿No recuerdas? ¿Entonces recuerdas lo que hiciste antes de perder la conciencia? —preguntó Yuan.
—Tengo un vago recuerdo de participar en una batalla, pero los detalles se me escapan. No puedo recordar las circunstancias que llevaron a la pelea o contra quién o qué estaba —confesó.
—Ya veo... —Yuan murmuró con una cara pensativa.
—Oh, pero sí recuerdo que me dijiste algo justo antes de que perdiera la conciencia. "Espérame", dijiste, y así lo hice... durante incontables años.