—¿A dónde crees que vas, Yanyu? —Una voz fría resonó mientras Tian Yanyu intentaba escabullirse de su hogar.
Cuando se dio cuenta de que había sido descubierta, Tian Yanyu se giró para enfrentarse a Tian Suyin, su madre.
—¡He esperado lo suficiente! ¡Voy a regresar a la Tumba del Emperador Sin Nombre para buscar a Xiao Yang! —Tian Yanyu declaró con voz firme.
Han pasado varios días desde que la Tumba del Emperador Sin Nombre se selló. Después de partir de la tumba, Tian Yanyu y Tian Suyin regresaron inmediatamente a casa, tal como lo habían planeado con Yuan antes de que tomaran caminos separados.
Tian Yanyu había esperado que Yuan regresara rápidamente, pero conforme pasaban los días sin señales de él, la preocupación comenzó a consumirla; tanto que no había podido dormir ni comer desde su propio regreso, consumida por la ansiedad sobre su paradero y bienestar.
