"Si estás pensando que alguien abrió la Gruta Eterna de los Nueve Cielos, entonces estás en lo cierto, desafortunadamente." Suspiró el Senior Bai.
—¿No debería de haber alguien resguardando ese lugar? Sería desastroso si los criminales de adentro escapan, ¿o acaso me equivoco? —preguntó Yuan.
—No, estás en lo cierto. Sin embargo, hay personas vigilando la gruta. De hecho, hay al menos una docena de Inmortales resguardando ese lugar las 24 horas del día, y no ha habido ni un solo momento en que la gruta no esté vigilada desde la Era Primordial.
—Entonces, ¿cómo pudo abrirla alguien?
—Simple. Alguien logró matar a los guardias y abrir la gruta.
—Entonces, ¿todos los criminales dentro ya están libres? —Yuan preguntó de nuevo.
—No, no todos, lo cual es la parte más afortunada de todo esto. Aunque el perpetrador logró abrir la gruta, fue solo por un breve instante, ya que los guardias pudieron pedir refuerzos antes de morir.