Cinco minutos después de que el Gerente retomara el liderazgo, llegaron a la cima de la Montaña Espiral del Dragón.
Yuan inmediatamente caminó hacia la cueva y se detuvo frente a ella.
—¿Sucedio algo en tu camino aquí? Llegas tarde —La voz del Señor resonó desde lo más profundo de la cueva un momento después.
—No realmente. Quería intentar romper la formación que protege este lugar —dijo Yuan con una sonrisa calmada.
El Señor se sorprendió con sus palabras y no pudo encontrar ninguna respuesta por un buen momento.
—¡Jajaja! —de repente comenzó a reír— ¡Así que encontraste la formación, eh? ¡No está mal! ¡Nada mal!
Después de reírse un buen rato, el Señor continuó:
—Entonces, ¿Qué asunto tienes conmigo, con los demonios?
