—Entonces aquí es donde todos se han estado escondiendo... Debería haber hecho esto antes... —Yuan suspiró cuando vio a estas cuatro personas en lo profundo de su conciencia.
—¿Qué buscas al venir aquí? —Tian Yang le preguntó.
—Quiero... —Yuan volteó a mirar al Divino Paragón y habló:
— Quiero aprender cómo infundir mi aura de sellado de demonios con mi Aura de Espada. Quiero derrotar a esa Abominación.
—La Abominación, ¿eh? Qué nombre tan nostálgico. —El Divino Paragón cerró sus ojos con una sonrisa profunda en su cara.
—Deseas mi conocimiento; mi experiencia; mis recuerdos... pero, ¿estás preparado para aceptar mi existencia? —El Divino Paragón de repente abrió sus ojos y dio un paso adelante.
—Podemos ser uno y el mismo, pero también somos personas diferentes, al menos hasta que aceptes el hecho de que somos iguales.
—Si no estás preparado para aceptar mi existencia, entonces no estás preparado para recibir mi legado.
...
—Yuan se quedó sin palabras.