Poco después de consumir el núcleo de monstruo, Yuan comenzó a sentir dolor por todo su cuerpo y su piel incluso empezó a ponerse roja, casi como si se estuviera convirtiendo en un demonio.
Cuando Qi Fang, que todavía estaba cerca, escuchó los gritos de Yuan, inmediatamente dio la vuelta y corrió hacia el edificio donde estaba él.
—¡Oye! ¿¡Qué está pasando?! ¿Por qué estás gritando así?! ¡Abre la puerta! —Qi Fang golpeó la puerta mientras gritaba, pero Yuan obviamente estaba demasiado ocupado para responder a la puerta, y estaba en demasiado dolor como para escuchar su voz.
—¡Respóndeme cuando te hable! —Qi Fang no tenía paciencia y decidió derribar la puerta.
—¡Oye! ¿Qué te pasa?! ¿¡Qué hiciste?! —Qi Fang se sorprendió al ver a Yuan retorciéndose de dolor en el suelo y su cuerpo ardía en rojo.
Qi Fang fue a levantarlo, pero no supo qué hacer a continuación, así que decidió dejarlo en el suelo y salir a llamar a un médico.
