—Pareces saber algo —dijo el General Li cuando notó la expresión de la Emperatriz Hada—. Verás, un agujero enorme apareció en el cielo sobre el Paraíso de las Hadas que está justo debajo de nosotros unos una hora antes de tu llegada, y un anciano con un aura insondable descendió de él.
—Antes de que la Emperatriz Hada pudiera terminar su frase, el General Li exclamó:
— ¡Eso es él! ¿Sobre qué hablasteis?
—N-Nada mucho. Buscaba a cierta persona, pero no pudo dar ninguna descripción ni información sobre ella. Sin embargo, me dio un apellido: Tian.
La Emperatriz Hada notó cómo el rostro del General Li se retorcía de miedo al escuchar sus palabras e se preguntó a qué se debía todo eso.
—E-E-Esta persona llamada 'Tian' ... ¿La has visto? —El General Li le preguntó después de un momento de silencio.
—No lo sé. Le conté al anciano acerca de una persona con la que me encontré no hace mucho tiempo, y el anciano pareció interesado en él —dijo la Emperatriz Hada.