—¿Qué? ¿Acabas de decir Divino Paragon? ¿Finalmente te has vuelto senil por la vejez? —La mujer hermosa levantó las cejas al escuchar las palabras de la anciana.
—Después de todo, ¿cómo podría aparecer el Divino Paragon de repente en la Gran Biblioteca? —La mujer inconscientemente volteó a mirar en la dirección en la que estaba mirando la anciana y, para su absoluta sorpresa, ¡alguien que se parecía exactamente al Divino Paragon estaba en la multitud!
—Como fanáticas y admiradoras del Divino Paragon, grabaron cada detalle del Divino Paragon en sus almas, a fin de saber de inmediato cuando vieron la cara de Yuan que se parecía exactamente al Divino Paragon.
—Espera...—Antes de que Tang Zheng pudiera abrir bien la boca, las dos mujeres se apresuraron a atravesar la multitud y se dirigieron directamente hacia el desprevenido Yuan.
—Yuan, que estaba ocupado en sus propios asuntos, de repente sintió dos presencias agresivas detrás de él, lo que lo hizo volverse.