—Está bien. Sígueme —Wan Yu dijo a Yuan antes de llevarlo a esta área abierta en algún lugar dentro del edificio.
En esta área abierta, había muchos grupos de personas paradas en diferentes lugares observando a cultivadores intentar luchar contra los demonios artificiales.
—¿Estos son demonios artificiales...? —Los ojos de Yuan se agrandaron cuando vio uno de estos demonios artificiales por primera vez.
Se parecían mucho a los demonios con piel roja, cuernos, una cara sedienta de sangre e incluso un cristal rojo incrustado en su pecho.
Sin embargo, había una gran diferencia entre estos demonios artificiales y los demonios reales: carecían del aura sedienta de sangre que poseían los demonios reales.
En cambio, tenían este abrumador aura creada a partir de la energía espiritual para presionar al cultivador que lo combatía.
—Parece que todos los demonios artificiales están ocupados. Observémoslos por ahora. También puedes aprender algo de ellos —dijo Wan Yu.