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—No ha pasado ni un año desde que dejé de golpearte y ya te has olvidado de lo que soy capaz? ¿Quieres que te lo recuerde? —Señora Qi dijo mientras lanzaba dagas con la mirada a Chu Liuxiang.
—No es eso, Maestra. Soy muy consciente de tus capacidades, pero comparado con Yuan... No quiero llamarlo monstruo, pero... Si hubieras visto lo que él es capaz, entenderías mis sentimientos.
—¡Hmph! ¡Como si fuera a perder con un chico de 18 años que solo recientemente recuperó su capacidad de moverse! —Señora Qi resopló fríamente.
—Pero Maestra, tú misma no eres mucho mayor que él... Y Yuan, derrotó a un demonio por sí mismo. —Chu Liuxiang dijo con una sonrisa agridulce.
—Espera... ¿Qué acabas de decir? —La cara de la Señora Qi de repente se volvió seria.
—T-Tú solo tienes 25 años, que no es mucho mayor que Yuan. ¿O me equivoco? —Chu Liuxiang tragó nerviosamente cuando vio cómo cambiaba la expresión de Señora Qi, y se preguntó si era porque había mencionado su edad.