—¿E-Esto es la Secta de la Espada Voladora…? —Yuan se encontraba frente a donde debería estar la secta, con una clara expresión de incredulidad en su rostro.
Sin embargo, la Secta de la Espada Voladora no estaba por ninguna parte. En su lugar, había edificios destruidos y sangre seca esparcida por el suelo.
—El paisaje es lo que parecería después de una larga y brutal guerra que acaba de terminar… —Yuan murmuró con voz baja.
—Miles de vidas perecieron aquí, ¿para qué? ¿Qué logra la Secta de Sangre haciendo esta cosa horrible? No traerá de vuelta al hijo muerto de su Maestro de Secta.
—Desafortunadamente, esta es la dura realidad del mundo de cultivación, el verdadero mundo de cultivación, donde la gente hace cosas irracionales y no podemos hacer nada al respecto. —Xiao Hua suspiró.
...
Después de un momento de silencio, Yuan dijo:
—Echemos un vistazo a este lugar.
—¿Estás seguro, hermano Yuan? Habrá mucha sangre y cadáveres. No será una vista bonita.
Yuan asintió:
