—H-Hola... Perdona por interrumpirles a todos, pero, ¿podrían decirme dónde estamos ahora mismo? —Yuan les preguntó con una voz algo aturdida—, ya que estas mujeres eran realmente impresionantemente hermosas.
Sin embargo, estas hermosas hadas permanecieron en silencio mientras seguían mirándolo fijamente.
Al principio, estaban aturdidas, pero luego comenzaron a comprender lentamente su situación.
Una vez que comprendieron completamente la situación, sus rostros aturdidos se convirtieron en muecas de preocupación, y su mirada se volvió sanguinaria.
Yuan tragó nervioso al ver su mirada hostil e incluso amenazante.
—Um…
Desafortunadamente, antes de que pudiera hablar, una de ellas gritó:
—¡Es un hombre! ¡Un hombre ha profanado nuestro paraíso! ¡Atrápenlo!
Al escuchar sus palabras, Yuan, subconscientemente, dio la vuelta y comenzó a correr sin razón alguna.
Aunque al principio se arrepintió de esta decisión, rápidamente se dio cuenta de que en realidad era la opción correcta.