Una vez que volvieron al juego, Yuan pudo sentir el resbalón de jade de comunicación que el Anciano Xuan le dio temblar.
—Discípulo Yuan, ¿dónde estás ahora mismo?
—Eh... Estoy dentro de mi habitación —respondió Yuan.
Unos momentos después, el Anciano Xuan respondió:
—Ese fue el mensaje de ayer. Supongo que estabas absorto en la cultivación o algo así.
—¿Me buscaban? —preguntó Yuan entonces.
—Yo no soy el que te estaba buscando. Era el Discípulo Min el que quería hablar contigo —le dijo el Anciano Xuan.
—¿Discípulo Min? ¿Por qué?
—No tengo idea, pero parecía que realmente necesitaba hablar contigo.
—Entiendo. Hablaré con ella.
—Ah, cierto. El Maestro de Secta dijo que te reunieras en el Pico de la Cumbre esta tarde para tus recompensas.
—De acuerdo. Estaré allí.
Algún tiempo después, Yuan dijo:
—Sé que acabamos de comer, pero quiero comer algo más en el Pabellón del Dragón ya que siento que ha pasado mucho tiempo desde que probé su comida por última vez.