—¿Diez gotas de sangre? ¿Refinó las diez gotas de sangre...? —murmuró Long Wu Qing para sí misma con una expresión algo vacía en su rostro, como si estuviera experimentando un colapso mental.
Por increíble que pareciera, Long Wu Qing no dudaba de la afirmación de Yuan.
—¿Cómo lo hiciste? —preguntó ella.
—Eso es un secreto —respondió Yuan con una sonrisa.
Sin embargo, ni siquiera Yuan sabía la respuesta. Aunque sabía que se debía a los Nueve Símbolos del Dragón, desconocía sus orígenes.
Long Wu Qing entrecerró los ojos hacia él, casi como si intentara desvelar sus secretos.
«Su cuerpo se ha vuelto más fuerte que antes y su Corazón Caótico es diferente. Debió haber sido el efecto de consumir la sangre del Dios Dragón.»
Si Long Wu Qing supiera que Yuan había absorbido y refinado un océano de la sangre del Dios Dragón en el tiempo que a ella le tomó refinar nueve gotas, probablemente enloquecería de shock.