Después de alcanzar el octavo nivel, Yuan no se detuvo y continuó hacia el noveno nivel. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de extender su brazo hacia el noveno nivel, se detuvo repentinamente. Sus instintos se activaron, advirtiéndole que no escaparía solo con un brazo destruido si subestimaba el noveno nivel.
—Ignoremos el noveno nivel por ahora...
Yuan dio varios pasos atrás y se sentó a cultivar en el octavo nivel.
—Supongo que no es solo audaz y temerario —rió a carcajadas Long Yejun al ver las acciones de Yuan.
—Tiene buenos instintos —sonrió el Dragón que Divide el Cielo.
—¿Quieren jugar un juego? Apostemos cuánto tardará en alcanzar el noveno nivel y conquistar el campo de entrenamiento —sugirió de repente el Dragón Nocivo—. Yo comienzo con cinco meses.
—Suena divertido. Yo apuesto un año —dijo con confianza el Dragón que Divide el Cielo.
—Entonces yo voy con seis meses —dijo Long Meihui.
Long Yejun reflexionó un momento antes de hablar:
