Después de que Zi Xuan dejara el mundo de Tian Qiyuan, regresó a su secta con su nueva espada, a la que llamó La Intoxicación del Cielo debido a que cada espada forjada por Tian Qiyuan inevitablemente la hace sentir acalorada y aturdida, casi como si estuviera intoxicada.
Lo primero que hizo al regresar a la Secta de los Nueve Espadas Sin Rival fue probar la espada en alguien, así que retó a otro Espada Inigualable a un combate.
A pesar de la reticencia del individuo que eligió para el entrenamiento, no había lugar para negarse. El poder y la autoridad que comandaba Zi Xuan eran innegables, y él sabía que ella no dudaría en atacarlo si se atrevía a rechazar.
—¡E-espera! ¿Qué demonios es esa espada? —dijo su oponente quedó inmediatamente sorprendido por la abrumadora presencia de la espada en el agarre de Zi Xuan, una presencia que parecía irradiar vida propia.
—La Intoxicación del Cielo. Es mi nueva espada favorita —dijo ella con calma.
