Después de regresar al Reino de las Sombras, Yuan invocó sus Armas del Alma y preguntó a los inmortales:
—¿Conocen el camino para salir de aquí? La última vez, fui teletransportado fuera de aquí por El Gran Uno. Dudo que esté dispuesto a hacerlo de nuevo ya que me negué a ser su discípulo.
—¿Eh? ¿El Gran Único quería que fueras su discípulo? —La voz de Yu Ning estaba llena de un shock profundo, casi increíble.
—¡Ese es el Ser Supremo que estaba en la cima del mundo de la cultivación incluso durante el Reino Primordial! ¡Era una existencia a la que ni siquiera el Emperador Celestial se atrevía a acercarse, mucho menos codiciar!
—Que una existencia tan grande se interese en ti... Supongo que eres incluso más talentoso de lo que jamás me atreví a imaginar —Ji Ran habló, su voz teñida de asombro.
—Estás despierto. ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes en este momento? —Yuan preguntó después de escuchar la voz de Ji Ran.
