Justo como había mencionado el Anciano Bai, el espíritu asumió la forma de un humano. A pesar de la distancia entre ellos, Yuan podía discernir que tenía la apariencia de una figura femenina esbelta, su largo cabello acariciado por el viento suave y ominoso.
Yuan intentó mirar más de cerca a este espíritu, pero había una fuerza invisible que bloqueaba su sentido divino de acercarse tras una cierta distancia. Estaba claro que el espíritu no daba la bienvenida a su mirada.
Sin embargo, después del ataque inicial, el espíritu no atacó a Yuan nuevamente, casi como si solo estuviera tratando de advertirle, o eso pensó él.
Al momento siguiente, observó cómo el espíritu levantaba su brazo antes de balancearlo en su dirección.
¡Sha! ¡Boom!
Una potente luz de espada azotó la ubicación de Yuan como un látigo, tallando otra profunda marca de espada en el suelo, extendiéndose por millas.
