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Durante su viaje a la Fortaleza del Este, se encontraron con muchas bestias mágicas en su camino. Sin embargo, como muchas personas viajaban juntas, era algo manejable. A pesar de eso, todavía hubo muchas bajas.
El viaje desde el Baluarte del Sur hasta la Fortaleza del Este tomó poco más de un mes con apenas tiempo para descansar.
—Deberíamos estar seguros por un tiempo ahora —Tian Yang suspiró después de volver a montar su tienda.
Al no escuchar respuesta, miró a Huang Xiao Li, quien estaba observando en silencio la barrera en el cielo.
—¿Cuánto tiempo más tendremos que seguir huyendo? Esto no es muy diferente de nuestro encuentro con el Leviatán Volador... —murmuró ella con voz aturdida.
—¿Estamos atrapados en algún tipo de ciclo donde constantemente huimos de entidades con las que ni siquiera podemos imaginar luchar?
—Lamentablemente, así es simplemente como funciona la vida para los débiles como nosotros.
—¿No hay realmente nada que podamos hacer? —suspiró ella.
