—Si tienes tiempo para quejarte, usemos ese tiempo para continuar nuestra búsqueda —le dijo Tian Yang.
—Está bien…
Después de pasar algunos días más preguntando a miles de personas en torno al Baluarte del Sur, aun así no pudieron encontrar a los padres de Huang Xiao Li.
—Oye, Tian Yang, viniste aquí a entrenar, ¿verdad? ¿Estás seguro de que quieres pasar tanto tiempo aquí? Creo que puedo hacer esto por mi cuenta —Huang Xiao Li de repente le dijo.
—He tenido suficientes situaciones de vida o muerte por ahora, quiero tomarlo con calma por un tiempo —dijo él con calma.
—Además, todavía estoy tratando de solidificar mi avance anterior. Hasta que me acostumbre completamente a mi nueva fuerza, te ayudaré.
—Gracias… —murmuró Huang Xiao Li.
—Dicho esto, hemos pasado una semana entera aquí sin saber nada sobre tu familia. Creo que es seguro asumir que nunca llegaron aquí —continuó un momento después.