En un abrir y cerrar de ojos, Yuan se encontró rodeado por cuatro Exiliados, todos ellos exudando una intensa intención asesina.
—¡Arena movediza Abismal!
Uno de ellos apuntó a los pies de Yuan, provocando que el suelo bajo él se hundiera como arenas movedizas, bloqueando sus movimientos.
—¡Perforador de Corazón!
Otro Exiliado desde detrás empujó su espada hacia el corazón de Yuan.
Sin embargo, como si eso no fuera suficiente, los dos Exiliados a cada uno de sus lados balanceaban sus armas directamente hacia su cuello.
—¿Ya van a matarlo? ¡Yo quería capturarlo y torturarlo! —gritó Xiong Lu internamente mientras observaba la escena.
Mientras tanto, Yuan ni siquiera se molestó en defenderse y permaneció inmóvil de manera despreocupada.
—¿Qué?! —exclamó el Exiliado detrás de Yuan con voz sorprendida al darse cuenta de que su espada no podía perforar la piel de Yuan, casi como si hubiera una armadura invisible protegiendo su cuerpo.
—¡Tu cabeza es mía!