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—Viejos recuerdos son como una ventana… —comenzó a cantar un momento después, su voz suave poniendo la piel de gallina a todos.
—Una vez abierta, se hace difícil cerrar…
—En este viejo sueño, el sonido de tu voz llamaba a mi alma…
—En el viejo sueño, la sensación de tu toque me recorría todo el ser…
Yuan cerró los ojos e se indulgió en el sonido suave de la voz de Li Luoyang.
Sin que él lo supiera, las lágrimas habían comenzado a correr por sus mejillas.
Gradualmente, más recuerdos desconocidos comenzaron a aparecer en su mente. Estaba sentado en lo que parecía un restaurante y su atención estaba atrapada por la impresionante joven mujer situada en el escenario en el centro de la habitación.
Estaba vestida con vibrantes túnicas rojas, su largo y fluido cabello negro cayendo sobre su espalda, y sobre sus piernas descansaba una cítara desgastada.
