—¿Por qué... por qué no mueres? —La Devoradora de Estrellas se frustraba cada vez más al no poder matar a Tian Yi a pesar de sus serios esfuerzos.
—Pareces tener prisa por matarme. ¿Por qué? ¿No te estás divirtiendo? ¡Sigamos así por al menos otros cien años, Devoradora de Estrellas! —Tian Yi se rió a carcajadas.
—¿Cien años? ¡No tengo ese tipo de tiempo para jugar contigo! —La Devoradora de Estrellas rugió con una voz furiosa.
—¿No tienes tiempo? Esa es una de las cosas más absurdas que una entidad inmortal como tú podría decir, ya que el tiempo es todo lo que tenemos.
—¡No tienes ni idea!
—Entonces, ¿por qué no me ilustras? ¿Quién sabe? Quizás hasta baje la guardia, ya que me distraigo fácilmente.
La Devoradora de Estrellas frunció el ceño ante su obvia provocación, pero parecía no tener otra opción, ya que realmente podría tomarle cien años o más lidiar con él si continuaban a este ritmo.
