—Cuando estés listo, Yuan. Como tu Anciano, te dejaré hacer el primer movimiento —Xi Mingze le dijo mientras se mantenía erguida, su aura rebosante de confianza.
Yuan asintió y dijo:
—Entonces, comenzaré ahora.
Ya que su oponente estaba en dos reinos completos por encima de su cultivación, Yuan no tenía tiempo para ir con calma como lo hizo con Xi Murong y muchos otros, así que se lanzó por completo desde el principio.
Un aura tiránica llenó el área mientras la energía espiritual de Yuan fluía hacia afuera, haciendo que la atmósfera cambiara de inmediato.
Los ojos de Xi Mingze se abrieron de par en par con asombro cuando sintió cuánta energía espiritual contenía el cuerpo de Yuan.
«¿¡Cómo puede un mero Rey Espíritu liberar tanta energía espiritual?! ¡Eso es imposible!» —Ella gritó interiormente, ya que estaba realmente impactada por lo que estaba presenciando.
Xi Shengmo y los demás se quedaron completamente sin palabras.
