Esta bestia mágica a lo lejos era tan alta como una montaña, literalmente. Estaba de pie sobre sus cuatro patas como un caballo, tenía escamas moradas y plateadas, y tenía cabeza de dragón. Además, había un largo cuerno negro en su frente, y actualmente estaba disparando relámpagos morados desde él.
Este relámpago morado se dispersó sin rumbo fijo, quemando cualquier cosa que tocara. Los Cultivadores que no pudieron esquivarlo se convirtieron inmediatamente en pan tostado quemado.
—¿Qué clase de monstruo es ese? —Tian Yanyu exclamó con voz alarmada al ver a la enorme bestia mágica.
—Eso es un Qilin de Relámpagos Morados. En realidad, son mucho más pequeños en el mundo real —respondió Tian Suyin, con un tono un poco rígido.
—Los dos deben quedarse aquí. Lo mataré rápidamente y volveré enseguida —Yuan les dijo.
—Está bien. Ten cuidado —Tian Yanyu asintió sin dudarlo. Lo último que quería hacer era acercarse más a ese monstruo que escupe relámpagos.
