—Me niego a creer que mis ataques no pueden alcanzarte —murmuró Thao Zhi antes de rugir desde lo más profundo de su alma—. ¡¡Me niego!!
¡Swoosh! ¡Swoosh! ¡Swoosh! ¡Swoosh! ¡Swoosh! ¡Swoosh! ¡Swoosh! ...
—¡Maleficio de Agua! —gritaba con voz ronca Thao Zhi mientras agitaba su bastón mágico y miraba a Bai Zemin, quien observaba con indiferencia y agotamiento los cientos de círculos mágicos brillantes que aparecían a su alrededor, iluminando una buena parte del mar.
Los círculos mágicos liberaron un gran torrente de poder mágico y pronto el mana en las aguas se perturbó. Comenzaron a emanar burbujas de gas caliente desde las profundidades y ascendían, pero algunas de ellas explotaban en el camino causando explosiones provocadas por la aparición de gas caliente en donde no debería estar.
¡¡¡BOOOOOOOOOM!!!
¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOM!!!!
¡¡¡BOOOOOOOOOM!!!
...
