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Las llanuras centrales de Mongolia Interior, una vasta extensión de tierra que alguna vez fue conocida como China para el mundo, era un área muy nevada con temperaturas generalmente bajas durante la mayor parte del año y el invierno obviamente siendo su punto más bajo.
Siendo el límite más grande entre el territorio de China y Rusia, uno podría hacerse una mejor idea de cuán fría era esta área. Esto era especialmente cierto después de que el Registro del Alma llegó a la Tierra.
Las temperaturas eran tan bajas que los lagos se habían convertido en pistas de hielo congelado, los pequeños ríos apenas tenían vida aparte de unos pocos peces moviéndose bajo una fina capa de hielo, y las plantas capaces de sobrevivir a un clima tan extremo durante prácticamente 365 días del año eran las más fuertes mientras que las más débiles no tenían ninguna posibilidad de crecer en absoluto.
