Alisha y Victor intercambiaron miradas sorprendidas cuando escucharon la pregunta del joven frente a ellos.
El hecho de que esta persona no supiera dónde estaba solo hizo que el nivel de alerta en los corazones de los cuatro creciera enormemente. Esto se debía a que los ojos de la persona frente a ellos simplemente no eran ojos que un humano podría tener, y definitivamente no era una habilidad ocular sino que parecía ser algo completamente normal, como si sus ojos realmente fueran así.
Después de una breve pausa, Alisha avanzó con una expresión cautelosa y dijo en voz baja:
—Hola, mi nombre es Alisha... ¿Realmente no sabes dónde estamos ahora?
Bai Zemin pensó por un momento y decidió que no había necesidad de mentir, así que fue bastante honesto con sus palabras.
—Hola, mi nombre es Bai Zemin, y como habrás notado soy chino. Debido a ciertas circunstancias fuera de mi control, terminé en este bosque río arriba cuando algo salió mal en lugar de aparecer en casa.