—¡Papá!
La princesa más joven del Reino de Gales, que al igual que Bai Zemin estaba en boca de todos debido al gran aumento en su estatus y nombre recibido por pertenecer a la familia real del reino en ascenso, saltó de su montura, sin dudarlo ignorando los ojos de los millones detrás de ella y corriendo hacia el hombre de mediana edad que caminaba en su dirección.
El Rey Felipe no hizo nada para detener a Serafina de lanzarse a sus brazos. A diferencia del pasado, él prefería más un abrazo de su hija que podía tener en cualquier momento sobre la dignidad que solo podía obtenerse en ciertas ocasiones frente a las masas... Porque a diferencia del pasado, el Rey Felipe había comprendido con la pérdida de su esposa Helena que los abrazos que solía dar por sentado podían desaparecer en el momento menos esperado.