—Ya que estás dispuesto a responder algunas preguntas, ¿qué tal si nos dirigimos a un lugar más apropiado para hablar? —propuso Felipe, Rey del Reino de Gales.
—¿Un lugar más apropiado? —Bai Zemin parpadeó confundido.
—No sé mucho sobre las costumbres de ustedes los orcos, pero aquí en Gales nosotros solemos sentarnos para tener una conversación —Seraphina refunfuñó mientras miraba a Bai Zemin, aparentemente aún molesta por lo que había sucedido antes, aunque había sido ella quien se le había lanzado encima.
«Esta mocosa... ¡Realmente se está ganando un buen par de nalgadas!» Bai Zemin tuvo que contenerse para evitar que su cambio de humor se reflejara en su rostro. Hizo todo lo posible por ignorar a la princesa de coletas y, mirando al rey, asintió cortésmente:
—En ese caso, Zemin seguirá los pasos de Su Majestad.
—¡Oye, no me ignores!
...
