Los bosques en China ya eran grandes para empezar y muchos valientes exploradores se habían perdido en las profundas montañas solo para nunca saber de ellos nuevamente; incluso en la actualidad, se desconocía si habían muerto con el paso del tiempo o habían sido comidos por algún animal salvaje.
Sin embargo, la llegada del Registro del Alma a la Tierra cambió todo y los ya vastos bosques de China se convirtieron en sus propios mundos.
Árboles que se elevaban hacia el cielo con la intención de acariciar las nubes con sus hojas, plantas mutantes que se camuflaban y pretendían ser solo objetos inanimados con la intención de atrapar a sus presas desprevenidas, criaturas fantásticas que podrían convertirse fácilmente en los protagonistas de una película de terror o una historia mitológica, y quién sabe cuántos misterios más escondían en sus profundidades.