Todos contenían la respiración en sus pulmones mientras Shangguan Bing Xue describía cómo, desde más de 2,000 kilómetros de distancia, las explosiones atronadoras sacudían la tierra bajo sus pies en un intento de describir lo más posible cuán aterradoras eran cada una de las ondas de choque resultantes de la mortal batalla que Bai Zemin libró durante más de dos horas contra un ser tremendamente fuerte.
La imaginación de todos se desbordaba mientras sus mentes corrían como si fuera una película cinematográfica recreando una escena que no vieron pero parecían presenciar gracias al astuto y cuidadoso relato de Shangguan Bing Xue.