Después de volver a su villa dentro del Campamento del Norte, Bai Zemin ordenó a algunas criadas que empezaran a preparar la cena de hoy. Por su parte, se dirigió al amplio y lujoso baño de la villa situado en el primer piso y se sumergió en la piscina.
—Uf... Esto es vida... —No pudo evitar soltar un gran suspiro de satisfacción mientras el agua tibia tocaba su cuerpo y las burbujas empezaban a masajear cada fibra de su ser.
Aunque con las estadísticas actuales de Bai Zemin podría pasar incluso un mes sin dormir, por lo que estar despierto durante unas 30 horas no representaba un gran reto para él; pero eso no era lo más recomendable.
Cuando el cuerpo no tiene al menos unas pocas horas de sueño al día, sin que nos demos cuenta, la respuesta de nuestro cerebro se retrasa considerablemente en un margen de varios milisegundos y hasta varios segundos dependiendo de la escala de fatiga acumulada.