El hombre retratado en la pintura con armadura y una lanza dorada era, por supuesto, Sirius —este era un hecho indiscutible porque justo en el cielo se podían ver dos ojos de lobo bien abiertos mirando al mundo de abajo; muy similares si no idénticos al Dominio del Emperador Lobo en posesión de Bai Zemin.
En realidad, Bai Zemin solo reveló que podría ser el hombre retratado en el arte mural después de mucha consideración y pensamientos extremadamente cuidadosos.
Para empezar, dejando a un lado a Xian Bao Bao, cuya mente era simple e inocente, Bai Zemin creía que podía confiar en todos los presentes; Shangguan Bing Xue, Wu Yijun, Xian Mei'er, Angelo, Eleanora... En esta etapa se podría decir que los destinos de todos ellos estaban vinculados al suyo de alguna manera u otra.
