Si él caía, el mundo continuaría girando.
Si él moría, la vida continuaría existiendo.
Independientemente de si el tiempo de Bai Zemin llegara a un abrupto final, el tiempo de los demás continuaría corriendo de forma natural.
Sí, él no era el centro de nada; no de su mundo, no del universo, y no de la vida.
Para cosas grandiosas que implicaban grandes asuntos para otros, él no era nada. Sin embargo, lo que para otros eran cosas grandes para él no era nada.
—¿Si muero qué será de mi familia?
—¿Si caigo aquí, qué pasará con todos aquellos que me siguieron todo este tiempo y lucharon poniendo toda su confianza y futuro en mí?
—Si mi vida termina aquí, ¿qué pasará con Lilith? Ella definitivamente estará devastada... No le he devuelto ni una mínima parte de toda la ayuda que me ha brindado hasta ahora.