Desde aquel momento fatal en que Lilith estuvo a una fracción de segundo de perder la vida, habían pasado cerca de dos días.
Afortunadamente para ella, el pendiente de rango 6 que Bai Zemin había forjado después de trabajar prácticamente sin parar durante más de medio año y en el que Kali dibujó runas increíblemente poderosas resultó ser vital para que ella escapara de las garras de la muerte.
Por supuesto, con el corazón atravesado, no pudo evitar sacar otra de las cartas que guardaba escondidas por razones personales.
En aquel entonces, Fire Sorrow había aconsejado a Lilith que se retirara al castillo de la facción y descansara. Aunque la pérdida de un evolucionador del alma capaz de convertirse en la reina del campo de batalla y aterrorizar a todos los enemigos ciertamente sería una gran pérdida para el Ejército Demoníaco, ni Fire Sorrow ni nadie más quería comprometer un talento del Sexto Orden capaz de enfrentarse a un general del Séptimo Orden en igualdad de condiciones.